sábado, 26 de enero de 2008

"Yo tenía una grrrranja en las colinas del Ndong..." (*)

(* pronúnciese "grrrranja", como "granja" pero con acento danés, como el de Isak Dinesen, por poner un ejemplo)







No me gusta nada esa especie de misticismo que rodea a África. Supongo que será por mala conciencia de ser el continente abandonado, o por simple esnobismo al tratarse de algo exótico. En las películas sólo salen sabanas y puestas de sol maravillosas, pero nunca los suburbios de Johannesbuego, los vertederos de Nairobi o las chabolas de Pretoria.

Lo que ocurre es que, estás allí, y te dejas llevar...... Para chabolas y suburbios, los que tenemos aquí, y además, esto no es un artículo de denuncia social, así que me sumaré también a la exaltación del exotismo, y a las puestas de sol:





Y eso que ahora es la temporada de lluvias, y no ví el cielo despejado en ningún momento.....

Lástima de no tener un poco más de tiempo para malgastar una tarde leyendo en la terraza, con un vinito en la mano, frente a la sabana hasta el horizonte....




Un lodge perdido en el parque Krüger, todos los animales del mundo a tiro del teleobjetivo, y sólo un par de días por delante.....
Eso es algo parecido a ponerte la miel en los labios.

Así que habrá que volver! Cuando tenga tiempo que malgastar en la terraza, alguien que me lleve el trípode, la cuenta corriente algo más saneada, y haya recuperado las ganas de descorchar vino y dejar que se hunda el mundo a mi alrededor...


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(momento cinéfilo demasiado obvio:)

1 comentario:

Xavipat dijo...

Menuda envidia me das!!!

Si corres con los gastos, yo te llevo el trípode!!!! ;-)