martes, 18 de diciembre de 2007

Ya sí es Navidad!



Esta noche, completamente por sorpresa, ha nevado. Aunque, pensándolo bien, era de esperar, con el frío que estaba haciendo, y con las fechas que son...
Me he despertado con la ventana que tengo encima de mi cabeza cubierta de nieve, me he preparado un café parsimoniosamente, y me he quedado como un idiota viendo la sierra desde la terraza.
(no era muy buena idea, estando en pijama, pero he conseguido salvar los dedos del congelamiento en el último minuto. Es lo malo de quedarse embelesado a 4 bajo cero)

Ya sí puede decirse que ES NAVIDAD.



(Cavallería Rusticana, de Mascagni, en la Piazza del Campo, Siena...)



Este año también pondré el árbol, sus bolitas, sus luces y sus guirnaldas. encenderé el fuego y veré por enésima vez "qué bello es vivir",o , en su defecto, "los Teleñecos en Cuentos de Navidad". Por qué no iba a hacerlo?

No consigo comprender cómo, siendo por lo general tan descreído y tan poco dado a las celebraciones y los numeritos, me gusta la Navidad. Quizás sea por llevar la contraria, ahora que lo que se lleva es renegar de ella, de reducirla a las compras compulsivas a última hora y a las cenas de empresa. Quizás sea un poco por nostalgia, también.
A mí no me suena a compras compulsivas ni a cenas de empresa. La asocio mucho más a Dickens y a despertarse impaciente por recibir los regalos, al turrón que compraba mi madre año tras año, y que nadie comía, o a quitar la nieve a paletadas para que mi padre pudiera sacar el coche. Al olor de la leña ardiendo y a bolazos de nieve. A patinar en la piscina helada cuando ningún adulto miraba, a abrigarse mucho y a regañar a los gatos que jugaban con las bolas del árbol de Navidad.

Este año no será igual.

Pero tengo que seguir haciendo como si lo fuera. Claro que sí. Se me podrá acusar de que soy un moña o que todo eso está un poco trasnochado, pero he recogido el testigo, y aunque no logre ser el alma de la fiesta ni hacer el roast-beef de Nochebuena sin que se me queme, lo haré por ella. Y porque me gusta cumplir los encargos, si me comprometo.

Un beso a todos.

Feliz Navidad

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Un bálsamo?

Hace mucho tiempo, tenía yo veinte años.
Y recuerdo perfectamente haber tocado con los dedos, o mejor, con el puño entero, como se toca todo a los veinte años, algo muy parecido al sentimiento de Libertad.
Y fue con algo tan sencillo como una moto de trial, un par de amigos, un verano por delante y ninguna preocupación. Subiendo por piedras imposibles en el mismísimo pico de Navacerrada, o de Peñalara (antes, naturalmente, de que eso fuese considerado un crimen de lesa Humanidad, y susceptible de ser condenado a la reclusión en Guantánamo a perpetuidad por el SEPRONA o la Comunidad de Madrid).

Hace poco, casi por casualidad, he vuelto al mundillo del trial. Para los que no lo sepáis, es una modalidad de moto en la que se va despacito, sin hacer demasiado ruido, y el piloto trata de pasar por sitios, ríos, troncos imposibles sin apoyarse con el pie en tierra, ni dejarse los cuernos por un barranco.

Ya sé que ya no tengo veinte años. Y que lo perdido, perdido está. Pero el olor a la mezcla de gasolina con aceite, el sonido apagado de los motores de dos tiempos al calentarse, me han hecho recordar todo eso. Y por momentos, he sido (casi) tan feliz como lo fui.
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Y no es que con la edad me esté volviendo nostálgico (a lo que ya tenía propensión desde que era pequeño, aunque no vinera a cuento). Es que me viene muy bien, ahora.

Además, con moto o sin moto, y preferiblemente sin amigos, en la cima de Navacerrada o del pico de Peñalara se encuentra uno muy bien.

a fin de cuentas, se está un poquito más cerca del cielo.