miércoles, 5 de diciembre de 2007

Un bálsamo?

Hace mucho tiempo, tenía yo veinte años.
Y recuerdo perfectamente haber tocado con los dedos, o mejor, con el puño entero, como se toca todo a los veinte años, algo muy parecido al sentimiento de Libertad.
Y fue con algo tan sencillo como una moto de trial, un par de amigos, un verano por delante y ninguna preocupación. Subiendo por piedras imposibles en el mismísimo pico de Navacerrada, o de Peñalara (antes, naturalmente, de que eso fuese considerado un crimen de lesa Humanidad, y susceptible de ser condenado a la reclusión en Guantánamo a perpetuidad por el SEPRONA o la Comunidad de Madrid).

Hace poco, casi por casualidad, he vuelto al mundillo del trial. Para los que no lo sepáis, es una modalidad de moto en la que se va despacito, sin hacer demasiado ruido, y el piloto trata de pasar por sitios, ríos, troncos imposibles sin apoyarse con el pie en tierra, ni dejarse los cuernos por un barranco.

Ya sé que ya no tengo veinte años. Y que lo perdido, perdido está. Pero el olor a la mezcla de gasolina con aceite, el sonido apagado de los motores de dos tiempos al calentarse, me han hecho recordar todo eso. Y por momentos, he sido (casi) tan feliz como lo fui.
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Y no es que con la edad me esté volviendo nostálgico (a lo que ya tenía propensión desde que era pequeño, aunque no vinera a cuento). Es que me viene muy bien, ahora.

Además, con moto o sin moto, y preferiblemente sin amigos, en la cima de Navacerrada o del pico de Peñalara se encuentra uno muy bien.

a fin de cuentas, se está un poquito más cerca del cielo.

1 comentario:

Maribel dijo...

Yo aún recuerdo cuando en Abantos se podían hacer barbacoas, y se podía uno beber una sangría sin que llevase aparejado pena de cárcel.
Y yo creo que sin esas barbacoas de Abantos y esas sangrías mi adolescencia hubiera sido mucho más aburrida.
Tóma el bálsamo en la medida que te ayude, utilizalo para tu disfrute y si consideras que puede hacerle un bien a la humanidad no lo dudes... paténtalo...
Un beso cosaguapa