lunes, 24 de noviembre de 2008

Un buen lugar, para unas malas fechas

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Voy aclarando poco a poco mi relación con la fotografía.
Digamos que la técnica, la tengo dominada. No es tan difícil, después de todo. Por otra parte, sé que no tengo un ojo fotográfico espectacular, de esos que ven el "instante decisivo" a las primeras de cambio y de manera intuitiva.
Tampoco tengo un don natural para sacer el alma de las personas a las que retrato. Como sufro de vértigo, debe de ser que me da miedo asomarme a según qué sitios, y las almas de la gente suelen ser sitios muy peligrosos...
No soy ningún gurú del postproceso ni del photoshop, tengo que decir. Lo justito, y poco más.
Pero sí me gusta pensar que se me da bien sacar atmósferas, ambientes, estados de ánimo. Más que fotografías sueltas, me gusta hacer series de ellas, que destilen después de verlas un instante de allí, y de entonces. O que contagien siquiera por un segundo mi estado de ánimo mientras las estaba realizando.
Lo mismo todo esto es una soberana chorrada, lo sé. Sólo he dicho que "me gusta pensar", no que sea una verdad absoluta, no?

En la serie que sigue, hay un poco de todo eso, de esa intención: está el otoño, está Noviembre, está Nueva York, están hasta el jovencito Frankestein y una calesa de caballos. Y estoy yo, naturalmente.














Un beso a todos
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lunes, 10 de noviembre de 2008

Ya es Otoño-Invierno, en el corte Inglés....








.....y en el Hayedo de la Tejera Negra, claro.

Hemos visto, ¡alegría!, dar el viento
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.

Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.

Por esto, por sentirnos todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,

por la sangre que mana de la herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.

Y Gracias, Pepe, por echarme una mano en este exceso lírico! (Pepe es mi amigo Pepe hierro, al que hay que volver de vez en cuando, aunque lleve criando malvas unos cuantos años ya...)

martes, 4 de noviembre de 2008

un día en las carreras

Hace poco los Sapos me invitaron al gran premio de España de motos, en Cheste.
no voy a poner aquí todas las fotos que saqué, que ya están en mi galería. Pero sí un par de ellas, para agradecérselo:


Esta es de los dos, con Valentino rossi. el mejor piloto de todos los tiempos, y del que el sapo es el major fan del mundo, en serio!

Y esta es del miniSapo con Casey Stoner, el campeón de moto GP, que tiene casi más cara de crío que él mismo. además, es su ídolo!

Tengo que decir, en defensa de mi superior y conocida pericia fotográfica (je,je,je...) que esas dos fotos no son mías, sino de su madre Malena. Yo estaba demasiado ocupado intentando aparcar el coche, y además, no teníamos pase para el paddock para todos.

Aunque al día siguiente yo también me colé:


Para que luego digan que la carrera de motoGP no estuvo emocionante:

lunes, 3 de noviembre de 2008

Un tipo que me cae bien

Brujuleando un poco por ahí, he descubierto a alguien que me hubiera caído bien. Veréis:
Alfred G Bruckham (ese era su nombre) era un tío al que le gustaba la pintura, y pensó seriamente en dedicarse a ello profesionalmente. Pero un día, tras visitar una exposición de Turner, rompió todo lo que había pintado hasta la fecha, y decidió hacer otra cosa. (y esto no fue por envidia ni por una rabieta, sino simplemente un ataque de realismo súbito mezclado a partes iguales de serena renuncia y lucidez: yo lo conozco bien, todo eso)

Y se convirtió en piloto-fotógrafo (o fotógrafo -piloto, como queráis).



Estamos hablando de los tiempos gloriosos, aquellos en los que los aviones eran descubiertos, y el frío se combatía a base de pellizas, gorros, y termos de café caliente. Los de los pioneros como St-Ex, vamos.

Nuestro amigo Alfred no llevaba guantes siquiera (decía que no le dejaban manejar bien la cámara), y el cinturón de seguridad lo usaba únicamente para atarse una pierna al fuselaje mientras hacía las fotos puesto en pie, no fuera a salir despedido con cualquier turbulencia.

Tuvo muchos accidentes (los genios, es lo que tienen: suelen ser despistados, como St.Ex. también). A consecuencia de uno de ellos, le tuvieron que practicar una traqueotomía, lo que le impidió volver a hablar para el resto de sus días.
El viento helado a esa altitud entrándole directamente a los pulmones no impidió que hiciera fotos como éstas:

Londres, 1920


Edimburgo, 1920




Desde esas alturas, viendo todo ello, para qué hablar?