Desde pequeñito, me gusta leer.
También me ha gustado el cine, aunque sin snobismos de cultureta, esa es la verdad.
Pero ahora, realmente, con lo que más disfruto, es con la TV.
así como suena.
Y todo, gracias a la gente de la cadena americana HBO de televisión por cable (bueno, y a bittorrent, naturalmente).
Los Soprano, Band of Brothers, y, sobre todas ellas, The Wire, no son realmente series de televisión, como generalmente se entiende el término. No son puro entretenimiento más o menos original e ingenioso, lo que ya sería bastante.
Son muchísimo más!
Son complejas, largas, complicadas a veces, nada maniqueas, ricas, oscuras y no-se-cuántos adjetivos más (el hecho de acabar de ver el último episodio de The Wire después de un largo y agónico racionamiento para prolongar la dosis necesariamente finita me ha agotado hasta el vocabulario).
Mucho del talento que había en la Literatura, y casi todo del que había en el cine, ha debido de emigrar al guión de TV, y especialmente, a HBO.
Gracias a Tony, al teniente Winters, a Jimmy McNulty y a los demás, he pasado de las mejores horas que recuerdo, sentado y con la ropa puesta. Incluso leyendo. Hace mucho que no tenía esa sensación mezcla de asombro, admiración y nostalgia al terminar la última página de un libro del que había disfrutado mucho, y durante mucho tiempo.
Y gracias a ellos, he recuperado esa sensación.
Os voy a echar de menos, porque revisitaros ya no será lo mismo, aunque lo haré, sin duda.
Lo único bueno es que parece que no se agota la cantera. De momento, me estoy bajando Treme
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