
Al menos me ha servido para aprender una lección.
No sirve de nada tener endiosado a nadie.
Y menos, si es un gilipollas!
El sábado pasado fui a un concierto de Van Morrison.
Lo de asistir a un concierto con todos sentaditos en sus asientos, dónde no se puede fumar y la gente permanece en silencio, bien es verdad que no es el mejor de los decorados.
Pero lo de no saludar, cantar una canción detrás de otra sin interrupciones, echándole la pasión que le echa un ebanista al barnizar una puerta, y largarse sin despedirse en medio de la última, es para que reniegue uno de haberse gastado 70 euros. O no?
Ya sabía yo que el Sr.Morrison tenía días y días. Y que cuando no se pone, pues no se pone.
Pero no me esperaba que fuese un funcionario de la música, coño!
Vale que cuando se han vendido millones de discos y se es conocido mundialmente, lo de tener a 10.000 personas escuchándote embobados no es una experiencia arrebatadora, pero al menos podría exigirse algo de pasión, o por lo menos, de complicidad.
Vamos, que mucho mejor, escucharlo en un CD.
Pirata, por supuesto! Con el precio de la entrada he pagado los derechos de autor de toda su discografía, con versiones incluídas!
"El león de Belfast", le llamaban?
"el puto gatito irlandés", le pega más......