
Tengo que advertir que la foto no es mía. La recuperé en su día de no me acuerdo dónde. No conozco al autor, porque si fuese así, podría su nombre. Espero que me disculpe, y desde aquí le pido perdón por el robo alevoso, y le doy las gracias.
Quizás sea algo pastelosa, pero es Italia. Lucca, en la Toscana. Y allí, está todo permitido. Y más hoy.
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